A continuación te dejo este curso completo en vídeo para que no tengas que leer sobre qué es la comunicación no violenta.
PARTE 1
Qué es la comunicación no violenta en 2023
La comunicación no violenta de Marshall Rosenberg no es solamente una forma de comunicarse. Para mí es un estilo de vida. Es una forma de crecimiento personal ya que antes de comunicarnos asertivamente debemos de hacernos responsables de nuestras propias necesidades, sentimientos y pensamientos. Debemos de tener responsabilidad afectiva y; esto es que antes de hablar debemos de ser conscientes de cuáles son nuestras heridas emocionales para no dejarnos arrastrar por ellas porque sino las proyectaremos en los demás. Por eso mismo creo que la comunicación no violenta está muy vinculada a la ansiedad y a cómo manejamos nuestras emociones.
Está vinculada con la ansiedad y con los tipos de ansiedad porque, bajo mi experiencia, la ansiedad viene dada por no saber darnos a nosotros mismos el lugar que nos corresponde. O sea, viene porque no somos conscientes de nosotros, ponemos la atención fuera para satisfacer nuestras necesidades tratando de controlar el entorno, pero no conseguimos poner la atención dentro de nosotros.
Vamos a poner un ejemplo: Imagínate que no puedes soportar el desorden. Tu tienes constantemente la necesidad de orden en la casa. Para tí es lógico y de cajón de madera de pino que la casa debe de estar recogida. Sin embargo, te enfadas constantemente porque tu marido no recoge. Eres una persona muy exigente contigo misma y con los demás y no te permites “fallar”. El hecho de que tú no te permitas fallar hace que te enfades, te estreses y que seas muy intolerante cuando tu marido no recoge y consideres que él no te está teniendo en cuenta.
No obstante, no estás viendo que tu marido no tiene por qué satisfacer tus necesidades psicológicas de orden o de comprensión. Todo esto tiene que ver más contigo que con él ¿Por qué? porque tú eres quien interpreta rígidamente que para que te sientas bien tiene que estar la casa impoluta. Para tí es una norma el que la casa debe de estar siempre super recogida y limpia, pero no estás viendo que para la otra persona no tiene por qué ser así.
Por lo tanto, sin ser consciente de ello, estás queriendo ejercer una fuerza en el entorno para tú sentirte bien contigo misma. No ver esto hace que se te cree ansiedad porque no estás poniendo la atención dentro de ti sino en ir en contra del mundo para sentirte bien. Sin embargo, si consigues empezar a poner la atención dentro de ti, conseguirás ver que tienes la necesidad de comprensión y de orden y que éstas se pueden satisfacer de muchas otras maneras que exigirle a tu marido que haga lo que tú crees debe de hacer. No podemos controlar aquello que ocurre fuera, pero sí lo que sentimos y hacemos con lo que nos ocurre.
Así pues, la CNV nos da la posibilidad de distinguir cuándo es que nos comunicamos desde la exigencia hacia los demás para que hagan algo para cubrir nuestras necesidades psicológicas y cuándo nos estamos comunicando desde la flexibilidad. O sea, cuándo nos comunicamos desde la responsabilidad afectiva que implica el que consigamos hacernos cargo de nuestras necesidades, sentimientos y pensamientos sin hacerlos depender de los demás.
Qué es la violencia en la comunicación no violenta
Aunado a lo que he explicado antes. Es necesario conocer la definición de violencia para que sepas específicamente a qué se refiere la comunicación no violenta.
La violencia es intentar someter al otro para que el otro haga lo que yo quiero o lo que a mí me gustaría.
Es decir, yo tengo una necesidad y el otro tiene otra necesidad diferente a la mia. Para comunicarnos de forma no violenta debemos de validar ambas necesidades. Por lo tanto, cuando hablamos ¿Desde dónde hablamos? ¿Desde lo que yo necesito que el otro haga o desde el cuidado de la relación y la comprensión?
En el ejemplo anterior donde imagínate que tú tienes la necesidad de orden y de comprensión cuando ves algo de la casa sin recoger… tu marido tiene la necesidad de tranquilidad. No obstante, lo que hacemos es decirle: “Nunca me haces caso. Eres un vago porque todo lo dejas tirado allá por donde voy, etc.” Esa comunicación está siendo violenta porque estoy queriendo que él haga algo para yo sentirme bien. Le estoy acusando y criticando para ejercer una fuerza sobre él y que empiece a recoger. No estoy validando su necesidad de tranquilidad. Además, estoy hablando desde una perspectiva y tú diciéndole: TÚ ERES UN VAGO. A lo largo de este artículo/vídeo te enseñaré a cómo abordar este tipo de situaciones.
Mitos de la comunicación no violenta
Para ahondar más en lo que es y no es comunicación no violenta vamos a desmontar una serie de mitos según la sociedad, ya que podría parecer que comunicarnos de forma no violenta implicaría como tragarnos nuestras ganas de decir las cosas; pero esto está muy lejos de la realidad.
- Poner LÍMITES no es lo mismo que SER AUTORITARIO. CNV no significa no poner límites. De hecho, es todo lo contrario… el problema está en que pensamos que los límites se ponen a la otra persona y no a uno mismo. Pensamos que los límites se ponen para que el otro me respete. Sin embargo, esto no es así
- CNV no es estar todo el día happy de la vida y comprensivo. Es un proceso de responsabilidad y autenticidad. Si estamos todo el día contentos estaremos todo el día huyendo de nuestras emociones y tampoco nos mostraríamos como nosotros somos realmente.
- MITO: El conflicto es malo. Así nos han educado. ¿Qué cambiaría si viéramos el conflicto como una forma de aprendizaje, de cambio y de hacer acuerdos? La CNV se encarga de verlo de ésta última forma.
- La necesidad como algo negativo en la sociedad: Nos han enseñado que necesitar es algo malo… por eso escondemos nuestras necesidades y evitamos expresarlas, porque ser y necesitar es sinónimo de fracaso, de carencia, de dependencia, de debilidad, de fragilidad y ser conscientes de que necesitamos algo a nivel emocional suele generarnos angustia. A veces, el mero hecho de satisfacer nuestras necesidades lo juzgamos como un gesto egoísta. Por el contrario, toda la vida estamos satisfaciendo necesidades aunque no queramos porque las necesitamos para sobrevivir.
En definitiva, la comunicación no violenta es satisfacer nuestras necesidades de forma flexible, sin exigencias, no haciéndolas depender de nadie y, siempre que cabe pudiendo validar los sentimientos y necesidades de la otra persona negociando para llegar a soluciones. Más adelante os enseñaré la fórmula para poder llevarla a la práctica. Sin embargo, la fórmula no sirve de nada si no conseguimos tener una mirada empática hacia nosotros mismos y hacia los demás. En la línea de esto, hay que señalar formas de comunicarnos que no son empáticas, que tenemos además super normalizadas y que son barreras a la hora de comunicarnos asertivamente. Estas son las barreras comunicativas.
BARRERAS COMUNICATIVAS de LA COMUNICACION NO VIOLENTA:
Las barreras comunicativas se llaman así porque son violentas, es decir, tratan (y muchas veces de forma inconsciente) de anteponer nuestras necesidades a las de la otra persona. Algunas de las barreras comunicativas
- ORDENAR, DIRIGIR Y MANDAR: Por ejemplo, cuando le dices a alguien: “Deja de quejarte!”, “¡Recoge tu cuarto!». Exigimos que la otra persona haga algo sin darnos cuenta de las necesidades de la otra persona, queremos de forma obligatoria que la otra persona haga lo que nosotros queremos.
- ADVERTIR, AMONESTAR, AMENAZAR: Decir al niño las consecuencias de hacer eso o aquello: «Si haces eso, te vas a arrepentir», Si repites lo que acabas de decir, te saco de la habitación, Si sabes lo que te conviene, no harás eso»
- Aconsejar, proporcionar soluciones o sugerencias: Cuando se le dice a la persona cómo resolver un problema, dándole un consejo o una sugerencia, suministrando las respuestas o las soluciones sin que te las haya pedido. “Deberías de hacerme caso y dejar ese trabajo”. En estos casos posiblemente la otra persona no quiere un consejo ni que tú le digas nada sino que quiere que la escuches. Sin embargo, a pesar de que queramos lo mejor para ella y nuestras intenciones sean nobles… nosotros insistimos en darle la respuesta a sus problemas diciéndole o sugiriendole lo que debe de hacer.
- Juzgar tanto en positivo como en negativo, criticar, culpar, estar en desacuerdo: cuando se hace un juicio ya sea negativo o positivo acerca de la persona: «No estás pensando con claridad». «Ese es un punto de vista inmaduro». «Estás completamente equivocado/a», «No podría estar más en desacuerdo contigo». En estos casos, no estoy siendo respetuoso con las opiniones, necesidades, forma de ser de la otra persona. Me quedo en que creo que yo tengo razón al hablar y creo que las cosas son como las pienso. Debemos de ser más flexibles y verlo como lo ve la otra parte antes de juzgar. Como decía la canción de la bella y la bestia: “Antes de juzgar, debes de llegar hasta el corazón” (poner aquí justo esa parte de la bella y la bestia).
Por otra parte, juzgar en positivo es igual de malo que hacerlo en negativo negativo porque podemos depositar en los demás unas expectativas de como nos gustaría que la otra persona fuera. Esto se ve mucho en los niños cuando se les etiqueta diciendoles: “tú siempre la buena, la generosa, la simpática, la alegre”… y tiene la contrapartida de que no vemos a los niños tal y como son sino que reducimos su personalidad a una serie de características y eso hace que luego no se permitan ser lo contrario. Es decir, en este caso, que no se permitan ser malos, egoístas en algunas situaciones, que no se defiendan de los demás, etc”.
- Comparar: Por ejemplo, “tienes que ser como fulanita, que pasa totalmente del tema y no le afecta”. Aquí de nuevo no le estamos validando las emociones que la persona tiene sino que lo que estamos haciendo además es diciéndole que debe ser de forma diferente.
- Minimizar los problemas y distraer: Cuando se trata de lograr que el otro se sienta mejor, cuando se le habla de sus sentimientos, o se trata de que sus sentimientos emanen, negando la fuerza de sus sentimientos: «Mañana pensarás de otra forma», “No es para tanto”, “Olvídalo porque ahora nos vamos de fiesta y ya verás como así te encuentras mejor”. En estas ocasiones para la persona el problema sí que es para tanto porque está afectada y quizás necesita un tiempo para estar ella sola y no quiere salir de fiesta para sentirse mejor. No podemos exigir u obligar por más que nuestras intenciones sean nobles.
CÓMO PODEMOS COMUNICARNOS DE FORMA NO VIOLENTA
Si has visto el vídeo anterior ya saber qué es la comunicación no violenta, también sabes qué es violencia, cuales son algunos de los mitos de la CNV y cuáles son algunas de las barreras comunicativas. A continuación lo que haremos será explicar cómo llevar la CNV a la práctica.
Sin embargo, antes de empezar quiero comentarte que la CNV es un lenguaje totalmente nuevo y distinto. Todo requiere su proceso de aprendizaje. Si has estado hablando de una forma determinada desde que naciste hasta ahora… entiendo que te cueste. No obstante, es un esfuerzo que merece muchísimo la pena porque no solamente te ayudará a comunicarte mejor con los demás sino que también te ayudará a ti en tu propio crecimiento personal a conocerte más profundamente.
También antes de empezar a hablar es necesario realizar una serie de pasos y saber algunas cosas. Por lo tanto, vamos a explicar lo que necesitas saber. Te lo expongo a continuación:
- Ir a nuestro refugio interior.
- La intención positiva.
- Ver en nuestro refugio interior qué necesidades tenemos
- Las etapas de de la CNV: Hechos, sentimientos, necesidades y la petición.
La intencion positiva
Al ver en el anterior vídeo todo lo que no se debe de decir quizás te preguntes… ¿Qué sí se puede decir? Primeramente, como se ha señalado, debemos de saber que detrás del comportamiento siempre hay unas necesidades de fondo. La conducta de los demás siempre tiene una intención comunicativa. Por lo tanto, debemos preguntarnos: ¿Qué es lo que me quiere comunicar esa persona con su comportamiento? ¿Qué es lo que está necesitando cuando me dice… “x”? ¿Por qué sí tiene sentido que haya actuado como haya actuado? Se trataría de esta forma de ser compasivo con el otro para que podamos separar el motivo por el cual el otro está diciendo o actuando de una determinada manera. De esa manera, podremos dejar de tomarnos las cosas de forma personal, no nos engancharemos a lo que el otro nos dice y no nos sentirnos atacados.
Por ejemplo, si una persona habla mal de mí diciendo que soy tonta en vez de quedarme enganchada y tomarme de forma personal eso que está diciendo, podré preguntarme: ¿Por qué sí tiene sentido que me esté diciendo tonta? No lo podemos saber con exactitud, pero podremos hacer una hipótesis ¿Cómo podemos sacar esa hipótesis?
Preguntándonos constantemente para qué ella lo ha dicho. Siguiendo el ejemplo sería algo así como:
- ¿Para qué ella te ha llamado tonta?
- Para sentirse por encima de mi.
- ¿Para qué quiere sentirse por encima de ti?
- Para estar más tranquila en el trabajo porque tiene miedo de que me asciendan a mi y no a ella.
Así pues, conseguimos sacar la intención positiva que hay detrás del comportamiento de esta persona que te ha llamado “tonta”. Y, podemos ver que esta necesidad no tiene nada que ver contigo, con atacarte sino con una necesidad de ella de sentirse tranquila consigo misma. Por lo tanto, podemos ver que lo que dice la otra persona solo es una interpretación de ella, no es la realidad. Es decir, por más que te llame tonta, eso a tí no te define como persona sino que le define a ella, en lo que necesita y en lo que piensa.
Concluyendo este punto, para poder comunicarnos de forma no violenta debemos de ponernos las gafas de la empatía para no tomarnos las cosas de forma personal.
IR A NUESTRO REFUGIO INTERNO:
Ahora bien, antes incluso de buscar la intención positiva de los demás y la mía propia… Debemos de poner la atención dentro de nosotros. Es decir, hacemos una especie de pausa para poder observar cómo aquello que está ocurriendo en el entorno nos impacta. Debemos acudir a nuestro refugio interno y observar todas las sensaciones y pensamientos que nos vienen en ese momento antes de hablar.
Sin embargo, debemos de saber (y mucho cuidado con esto porque es muy importante) que los hechos no son lo que provocan las emociones que tengamos sino que son nuestras interpretaciones de los hechos. Esto, el separar los hechos de las interpretaciones, es lo que va a marcar la diferencia para no tomarnos las cosas de forma personal. ¿Por qué? porque podremos saber que el otro no es el que me hace sentir mal sino que soy yo quien lo estoy interpretando así.
Por lo tanto, ¿De qué depende el que nos cueste separar los hechos de las interpretaciones? ¿De qué depende el que nos quedemos más atrapados con lo que vemos que ocurre o con lo que el otro nos dice? Depende de varios factores, pero principalmente depende de nuestras propias heridas emocionales. Como dirían algunos de mis colegas, de nuestras mierdecillas interiores; pero de esto si quieres hablaremos otro día más en profundidad.
No obstante, resumiendo muy mucho y para que sepas a lo que me refiero con heridas emocionales… es como si en el pasado hubiera habido una situación, que te impactó emocionalmente, que no has conseguido procesar y se hubiera quedado cristalizada. Sin embargo, en el momento en el que se vuelve a vivir o interpretar una situación parecida a la que generó la herida… saltamos a la defensiva y arremetemos en contra de la otra persona, proyectando así nuestro dolor. Sin embargo, debemos saber que nuestro dolor es solamente nuestro y que no tiene que ver con la otra persona, aunque nos sintamos atacados o nos tomemos las cosas personalmente.
Así pues, si tú no tienes problema si, por ejemplo, cometes un error, no te tomarás las cosas de forma tan personal cuando tu jefe te corrija. Sin embargo, si tu jefe te corrige y te afecta mucho el que te haya corregido y le das demasiadas vueltas… (y lo que voy a decir a continuación es por poner un ejemplo) puede ser que de pequeña tu aprendiste que ser exigente contigo misma y sacando buenas notas consiguieras el cariño y la aprobación de tu madre o de tu padre; posiblemente (y sin darte cuenta) quieras seguir con esta estrategia de exigencia hacia ti misma para conseguir la aprobación de tu jefe.
Por lo tanto, cuando tu jefe te llama la atención y te dice: “tienes que hacer las cosas mejor” si tienes una herida emocional, puede que te tomes las cosas de forma personal y que pienses cosas tales como: “no valgo” o “soy una inútil por haber fallado”. Es como si, de alguna manera, depositásemos en la opinión de nuestro jefe nuestra valía tal y como lo hacías cuando eras pequeña con tus adultos de referencia.
- Ver en nuestro refugio interior qué necesidades tenemos:
Aunado al punto anterior el siguiente paso que faltaría por decir que tenemos que ser compasivos con nosotros mismos cuidando de este niño interior. En vez de criticarnos y juzgarnos a nosotros mismos debemos de ver que se nos está activando una herida emocional, una niña interior que está sufriendo porque sus padres o sus jefes no le están dando su aprobación. Por lo tanto, el poder vernos ante esa situación como que una parte de nosotros, es decir, nuestro niño interior está sufriendo porque necesita cubrir su necesidad de aprobación nos podrá ayudar a salir de esa estructura de juicio en contra de nosotros.
De esta manera conseguiremos ser más compasivos con nosotros mismos y ver nuestra intención positiva cuando nos criticamos. La intención positiva de que necesitamos aprobación o apoyo. Sabiendo esto podremos conseguir cubrir esta necesidad sin hacerla depender de nuestro jefe, pareja, amigos, padres, etc.
Este artículo/vídeo no se trata tanto de trabajar las heridas emocionales y de cómo cubrir dichas necesidades sino de comunicarnos de forma no violenta, pero si te interesa este tema puedes mencionarlo en los comentarios para abordarlo próximamente.
LAS 4 ETAPAS DE LA COMUNICACIÓN NO VIOLENTA.
Hasta aquí ya hemos desglosado los pasos previos para poder comunicarse de forma más asertiva o de forma no violenta. Hemos conseguido:
- Ir a nuestro refugio interior.
- Separar los hechos de las interpretaciones.
- Hacernos conscientes de nuestros pensamientos y sentimientos que tienen que ver con nuestras heridas emocionales.
- Hemos conseguido identificar las necesidades que tenemos detrás de nuestros pensamientos o sentimientos.
- Ahora ya vamos a comunicar todo siguiendo los 4 pasos de la CNV o comunicación no violenta.
Los pasos de la Comunicación No Violenta son los siguientes:
- Hechos: Vamos a nombrar los hechos de lo que ocurre sin meter para nada de nuestra cuchara. Imagínate que mirases lo que el otro te dice o lo que ocurre como si lo mirases a través de una rendijilla. ¿Qué es lo que verías? Precisamente esto es lo que se debe de decir esta etapa.
- Sentimientos: En esta etapa debemos de hablar sobre los sentimientos que nos suscitan los hechos haciéndonos responsables de ellos. Es decir, debemos de saber que la otra persona no es quien nos hace sentir mal o que los hechos en sí no son los que nos hacen sentir mal sino que son nuestras interpretaciones lo que hacen que tengamos unas emociones u otras. Por lo tanto debemos hablar desde una perspectiva y yo, de lo que a mí me sucede cuando “x” suceso ocurre, sin juzgar ni acusar al otro.
- Necesidades: ¿Qué necesidad emocional, física tengo en esa ocasión? Tengo que hacerme cargo de mis necesidades. Algunas necesidades para que me entiendas son: la necesidad de comprensión, de atención, de tranquilidad, de paz, de armonía, de libertad, etc. Te voy a dejar abajo el artículo de mi blog donde podrás ver en una imagen cada una de estas necesidades.
- Petición: Una vez identificada la necesidad podremos mirar qué es lo que deseamos y qué acciones nos van a ayudar a conseguir los objetivos. El 90% de las peticiones que hacemos deben de ser hacia nosotros mismos para cuidar de nuestras necesidades. Sin embargo, no solo se trata de cuidar de nuestras necesidades y ya está, porque entonces corremos el riesgo de convertirnos en apisonadoras para los demás con el argumento de que “tengo que satisfacer mi necesidad y hago esto porque es lo que necesito”. No se trata de eso, sino de que una vez que satisfago mis necesidades, vamos a ver qué ocurre entre tú y yo. Lo que está en juego es lo que pasa entre nosotros, y para que pase algo hermoso primero tenemos que ocuparnos de lo nuestro. Es decir, vamos a proponer una petición que cuide de nuestras necesidades al mismo tiempo que las de la otra persona.
CÓMO SE VERÍAN LAS 4 ETAPAS DE LA CNV EN LA PRÁCTICA:
PRIMERO. PROCESO INTERIOR:
Observo el hecho y voy a mi refugio interior.
Empatía hacia mí misma:
- ¿Qué pienso? ¿Cuáles son mis juicios hacia mí y hacia los demás en esta situación?
- ¿Qué siento?
- ¿Qué necesito?
- ¿Cómo podría formular la petición desde lo que mí me sucede?
Empatía hacia el otro. Voy a hacer una hipótesis de lo que al otro le sucede:
- ¿Qué piensa? ¿Qué le ha podido llevar hasta esa conclusión que está pensando?
- ¿Cómo se siente ante esta situación?
- ¿Qué necesita? ¿Para qué dice o hace lo que está diciendo o haciendo?
SEGUNDO. PROCESO EXTERIOR:
- Doy empatía hacia la otra persona haciendo una hipótesis de lo que a la otra persona le sucede:
Cuando ocurre, me dices o haces__________________________________ (describir hechos objetivos sin juzgarlos, como si aquello que estás describiendo no fuera contigo)
Tu te sientes __________________________________ (hacemos hipótesis de como se siente ante esta situación)
Porque necesitas ___________________________________ (hacemos una hipótesis de las necesidades que puede estar teniendo la otra persona. Nos podemos ayudar en la tabla de necesidades)
¿ES ASÍ?
(terminamos esta parte preguntando si nuestra hipótesis es correcta y para que el otro se sienta escuchado y atendido)
- Cuando el otro ya se sienta totalmente comprendido y entendido decimos:
AL MISMO TIEMPO ¿TE PUEDO DECIR LO QUE A MI ME SUCEDE EN ESTA SITUACIÓN?… (Tenemos cuidado de decir al mismo tiempo y no decir pero porque sino estaríamos invalidando todo lo que anteriormente le hemos validado)
- Expresamos lo que a nosotros nos sucede ante la misma situación:
Cuando ocurre, me dices o haces__________________________________ (describir hechos objetivos sin juzgarlos, como si aquello que estás describiendo no fuera contigo)
Yo me siento __________________________________ (hacemos hipótesis de cómo se siente ante esta situación)
Porque necesito ___________________________________ (hacemos una hipótesis de las necesidades que puede estar teniendo la otra persona. Nos podemos ayudar en la tabla de necesidades)
- Nos enfocamos en una solución/acción/petición que cuide de mis necesidades y de las suyas. Esta petición tiene que ser una petición, no una exigencia. Si hablamos todo “bonito”, pero detrás se esconde una exigencia, estaremos siendo violentos.
PONEMOS UN EJEMPLO:
SITUACIÓN: Una hija va a ver a su madre. La madre la recibe con muchas cosas que ha preparado para ella, le ha hecho un jersey a mano, le ha comprado un montón de cosas que no le ha pedido. Toda la ropa que su madre le compre no es del estilo de la hija y la hija se lo ha dicho en alguna situación. En algún momento se enfadan porque la hija no hace mucho caso a sus regalos y la madre le dice que siente que no la quiere.
Ejemplo de cómo no sería:
Madre: Mira que jersey tengo para ti, hija.
Hija: Muy bien ¿Lo has hecho tú?
Madre: Claro que lo he hecho yo. No aprecias nada, yo estoy tratando de tener un detalle contigo y tu pasas de mi. No me quieres. (Aquí la madre usa un montón de barreras comunicativas acusando y dando por hecho que su hija no la quiere y pasa de ella)
Hija: Pero si yo te he preguntado que si lo has hecho tú. (Aquí la hija se ha puesto a la defensiva. La madre le ha recriminado algo, en efecto. Sin embargo, la forma de proceder según la CNV sería dirigiendose unos segundo a su espacio interior y volver hacia su madre desde la empatía, desde el “mamá, cuando dices que no te quiero, imagino que…”)
Ejemplo de cómo sí sería utilizando la CNV según la fórmula anterior:
Madre: Mira que jersey tengo para ti, hija.
Hija: Muy bien ¿Lo has hecho tú?
Madre: Claro que lo he hecho yo. No aprecias nada, yo estoy tratando de tener un detalle contigo y tu pasas de mi. No me quieres.
Hija: (primero va a su espacio interior para volver hacia su madre viendo su intención positiva) Mamá, entiendo que cuando me dices que no te quiero quizás sea porque te sientes molesta porque necesitas demostrarme tu cariño y tu afecto a través de hacerme este jersey ¿Es así?
Madre: Sí, hija. Me molesta mucho que no aprecies lo que hago por tí.
Hija: (sigue dándole empatía) Te entiendo, mamá. Cuando te he preguntando si lo has hecho tú quizás interpretaste que no lo quería cuando tú le has puesto mucha dedicación en hacerme este regalo y necesitas que valore el tiempo que le has dedicado para que me guste, porque sé que me quieres cuidar ¿Es así?
Madre: Sí, hija. Solo quiero demostrarte lo que te quiero y quiero que estés bien.
Hija: Te entiendo, mamá. ¿Al mismo tiempo te puedo decir qué es lo que me sucede en esta situación?
Madre: sí.
Hija: Cuando veo que esto supone un acto de amor hacia a mí me siento muy conmovida. Me llega todo ese cariño que intentas plasmar haciéndome este jersey. Al mismo tiempo, cuando me dices que no aprecio nada de lo que haces yo me siento preocupada porque necesito conexión contigo. PETICIÓN: ¿Qué te parece si guardo ese jersey como un tesoro por el amor que simboliza? (cuida de su necesidad y de la de su madre).